martes, 14 de agosto de 2018

Un día de tradición Garífuna


Edgar Mcnab, Ana Reyes y su nieta
con estudiantes de la Carrera de Letras.
El pasado 7 de julio del 2018, algunos de los estudiantes de la Carrera de Letras y específicamente de la clase de Literatura Oral, llegamos desde muy temprano a la comunidad de Travesía, Puerto Cortés en donde fuimos recibidos por Edgar McNab, aunque él prefiere Capucchino. Él fue un gran enlace para señalarnos a buenos informantes, personas que nos facilitaban relatos y experiencias muy afincadas con la tradición garífuna.
     Primero nos presentó a su media hermana Ana Reyes y madrastra Alma Reyes, dos señoras que con gran amabilidad y desenvolvimiento conversaron con nosotros bajo la sombra de un árbol de almendra. Ana Reyes, era la que con mayor fluidez nos relataba acerca sobre los garífunas. Finalmente nos contó su acercamiento paranormal con el “demonio azul” y, cómo ella se liberó de él: “tuvieron que hacerme medicina, tuvieron que hacerme de todo para podérmelo quitar porque yo quedé sin hambre es algo triste. Me salían gatitos, yo miraba gatos negros, me salía de toda cosa, por eso esas cosas existen, porque ya lo viví” (fragmento de entrevista). Al final, la señora Ana Reyes hizo una pequeña demostración del uso de la medicina natural garífuna con uno de los estudiantes, que resultó muy efectivo ante la infección de oído que tenía desde hace un mes.
     Al medio día, Capu, cómo terminamos diciéndole cómo muestra de cariño, nos trasladó a un restaurante en donde, además de que la comida era exquisita y abundante, fuimos muy bien atendidos por personas que les importaba el bienestar de sus clientes, no es un establecimiento refinado, pero sí muy agradable y ameno, definitivamente un lugar al que volveremos.
     Durante la tarde visitamos a Doña Ambrosia Lamber Gamboa de 81 años de edad, el cual se encontraba muy alegre y ansiosa por ser parte de un dügü que realizaría su familia en Belice en los siguientes días. Según nos contaba había participado en varios ritos en donde los vivos tienen contacto con los ancestros y nos mostró los diferentes uniformes que se utilizan. A pesar de su edad es una persona muy lucida, coherente y con toda la disposición para relatar las diferentes experiencias que ha tenido a lo largo de su vida, como por ejemplo con lo umeu y como estos seres quisieron llevarse a su nieto: “Yo los he visto porque me iban a llevar a Pedro, me lo dejaron porque yo lo curé, lo estaba bañando con agua bendita, hasta que se fueron” (fragmento de entrevista).
Selena Martínez, sus nietos y
estudiantes de la Carrera de Letras.
     Respectivamente nos trasladamos a una casa humilde, en donde una mujer muy bonita de apariencia de unos 30 años (luego nos confesó que tenía 51 años) nos atendió, su nombre es Selena Martínez, ella nos relataba como su abuela, la cual nunca conoció, se le presentaba en sueños y le revelaba recetas médicas de origen natural para que pudiera sanar a algún familiar que se encontrara enfermo. Selena Martínez, más que relatos de origen fantástico, nos señalaba “menjurjes” que se podían utilizar para diferentes enfermedades o males, a tal punto que nos dio un pequeño recorrido por su patio en donde están sembradas todas las plantas que necesita para dichos trabajos. Además, explicaba que ella no tenía el poder de curar enfermedades muy graves, por eso nos remitió a la sere (curandera), para que ella nos explicara mejor el funcionamiento de la medicina y cómo curaba ante la posesión de los ancestros.
     Nuestro día en contacto con la tradición garífuna, se convirtió en una visita que sobrepaso las expectativas. Nuestro objetivo era tener un primer acercamiento con la comunidad y formar amistad con algunos pobladores para volver, en un segundo viaje, con total confianza para que ellos nos relataran sobre su comunicación y estrecha relación con los ancestros, pero en cambio, fuimos muy bien recibidos y con los pocos informantes que nos recibieron, por falta de tiempo no visitamos más, fueron de total ayuda. Crearon con nosotros un lazo de intimidad instantáneo, por eso nos contaron muchas anécdotas y experiencia del quehacer garífuna, información que valoramos infinitamente y plasmaremos en un documento formal para que esas vivencias no se pierdan con el tiempo.




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